Desde cierta perspectiva, la vida de las ballenas resulta enigmática para los seres humanos. Son quizá los mamíferos a los que tienen menor acceso y todavía muchos de sus secretos son insondables.
Las investigaciones enfocadas en la vida de las ballenas, especialmente las de las ballenas barbadas, tienen que enfrentar varios obstáculos para lograr sus objetivos. Número 1: se necesita infraestructura y equipo especial para acceder al entorno cercano a los cetáceos. Número 2: los misticetos o ballenas con barbas pasan muy poco tiempo en la superficie del agua, el suficiente para obtener oxígeno y realizar alguna otra función. Número 3: las ballenas no dejan rastros visibles de su paso por los lugares, por lo que complica conocer sus hábitos.
A pesar de todo, los investigadores han sabido superar los obstáculos. Por ejemplo, de vez en cuando llega a tierra el cuerpo de un cetáceo, lo que, aunque no es un motivo de alegría, permite el estudio de su anatomía, fisiología y causas de muerte, lo que amplía el panorama del estado de la especie e incluso de las condiciones de su hábitat.
El estudio e investigación de las ballenas y en general, de todos los cetáceos, involucra el conocimiento de ciencias biológicas. La rama de la zoología que se encarga del estudio de los cetáceos es la Cetología, y quienes realizan la labor son los cetólogos.
Objetivos de las investigaciones
Estudios sobre ballenas pueden ser realizados por instituciones educativas de nivel superior, laboratorios y otras instituciones gubernamentales o no gubernamentales, que buscan un conocimiento integral de la vida de estos mamíferos y de su entorno. En muchas ocasiones, las investigaciones se centran en la indagación de un hecho específico, como la muerte de varias ballenas en un mismo lugar, el origen de la presencia de contaminantes en sus cuerpos, etc.
Una investigación puede tener uno o varios de los siguientes objetivos:
-Entender el rol de las ballenas en los ecosistemas y en el medio ambiente global.
-Aprender datos sobre la anatomía y funciones biológicas.
-Aplicar los conocimientos en tecnología enfocada en los seres humanos o sobre las propias ballenas.
-Evaluación de los impactos antropogénicos sobre sus hábitats o salud.
-Comprender su comportamiento y los factores que modifican éste.
-Desarrollo de tecnología y metodología para mejorar/facilitar el estudio de las ballenas.
-Contribuir a posibles soluciones de los problemas que afectan a estos animales.
Investigaciones relevantes
El hombre ha sentido fascinación por las grandes criaturas acuáticas que ha visto emerger de las profundidades desde tiempos antiguos. El filósofo Aristóteles fue uno de los primeros en documentar las características de las ballenas que encontraba a su paso por el mar Egeo, mientras viajaba.
Sin embargo, la mayor parte de los conocimientos sobre cetáceos fue relegada a un segundo plano, hasta que en el siglo XIII el texto Speculum Regale fue creado por los noruegos con fines educativos e incluyó en sus páginas una descripción de algunas especies de cetáceos que llegaban a las aguas cercanas a Islandia. Es cierto que muchos cetáceos fueron considerados bestias agresivas, pero otros tuvieron una descripción más benévola, considerándoseles útiles para los pescadores.
En el siglo XX, el Comité Discovery de Londres organizó una serie de expediciones en el océano Antártico para estudiar a las ballenas que ahí residían. Los reportes de las observaciones se publicaron en 28 volúmenes y dieron a conocer lo que ya es información básica: el consumo de krill, la oceanografía del hábitat antártico y su distribución. Estas investigaciones finalizaron en 1951 pero el informe final fue publicado 29 años después.
En tiempos modernos, las instituciones de investigación pueden coadyuvar a la protección de las ballenas, y otras instituciones educativas contribuyen a la investigación. Es el caso del Museo de Historia Natural de Reino Unido, cuyos investigadores estudian los restos de las ballenas (dentadas y barbadas) para conocer, entre otros aspectos, la especie, el sexo, la edad y las causas de muerte. Son actividades auspiciadas bajo el Proyecto de varamientos del museo, que forma parte del Programa de Investigación de Varamientos de Cetáceos del Reino Unido (UK Cetacean Strandings Investigation Programme).
Los cetólogos utilizan equipo especializado para llegar a los hábitats de las ballenas. Por ejemplo, los hidrófonos son dispositivos básicos que funcionan de un modo similar a los micrófonos y son útiles para escuchar las vocalizaciones de las ballenas. También utilizan cámaras subacuáticas, grabadoras y binoculares, pero gran parte de los métodos de observación de ballenas consiste en esperar su presencia. Esto es más difícil cuando el objeto de investigación son las ballenas barbadas, porque manifiestan un comportamiento menos sociable que la mayoría de las ballenas dentadas. Los misticetos pocas veces se acercan voluntariamente a los humanos y rara vez son vistos en la superficie del agua.
El sistema de foto-identificación ha tenido buena acogida desde su popularización a mediados de 1970, siendo pionero en los estudios de las orcas (Orcinus orca). Mediante la observación de las fotografías de los cetáceos, los investigadores reconocen las características físicas externas de la piel, de las aletas y de otras partes del cuerpo de las ballenas e identifican un individuo o vaina específicos. Así, cada cetáceo y su manada son marcados con una identificación y una fotografía, lo cual genera facilidades para estudiar los patrones de migración.
Las investigaciones recientes han permitido identificar individualmente a muchas ballenas, hecho que también ha favorecido los conteos de población y los aprendizajes sobre estructuras sociales y ciclos de vida de muchas especies.
El trabajo que realizan los cetólogos y los científicos en general, resulta beneficioso y aunque todavía falta mucho por saber (sobre todo en cuestiones de identificación de las especies y sus hábitos reproductivos y de comportamiento), las investigaciones siguen en pie y continuamente se generan nuevos estudios. Gracias a esto se sabe cómo funciona su cuerpo, de qué se alimentan y cómo viven en su entorno acuático.